“…Te amo más que a mi propia piel….”“…Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego. No quiero que nada lo hiera, que nada lo moleste y le quite energía que él necesita para vivir, vivir como a él le dé la gana, Pintar, ver amar, comer, dormir, sentirse solo, sentirse acompañado; pero nunca quisiera que estuviera triste. Si yo tuviera salud quisiera dársela toda, si yo tuviera juventud toda la podría tomar, No soy solamente la madre, soy el embrión. el germen, la primera célula que- en potencia- lo engendró. Soy él desde las más primitivas y más antiguas células, que con el tiempo se volvieron él…”“…¿Por qué le llamo mi Diego? Nunca fue ni será mio. Es de él mismo.”
lunes, 18 de junio de 2012
Tú mi maldición, Diego.
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