"Aún recuerdo la primera vez que te soñé, la primera vez que soñé contigo y con tu rostro ficticio. Habían pasado no se exactamente cuantos meses desde tu inesperada partida de mi vida, recuerdo que aún me mentía diciendo que alguien te había reemplazado, que un nuevo alguien había tomado tu lugar. No era cierto, te seguía pensando y creo que aún mucho mas de lo que mi mente se podía haber imaginado.
Recuerdo que esa noche, la primera vez que te vi, fue consternante para mi y mi locura porque no imaginaba verte, tocarte, besarte y tenerte frente a frente. Era de día, aproximadamente la hora mas fresca de la mañana, casi, casi como cuando va a caer la tarde. Caminaba en un tipo campo o bosque lleno de arboles grandes, verdes y frescos que golpeaban mi rostro colorado por la larga caminata en busca de no se qué destino. Las hojas del suelo eran diferentes a las de las copas de los arboles, eran cafés, naranjas y crujientes al tacto de cada uno de mis pasos. Entre la nada, logré vislumbrar una pequeña ciudad, cerrada, con muy poca gente y con edificios de dos pisos y mucha calidez a pesar de ser pobremente poblada. Me acerque al final del muro mas grande que rodeaba la ciudad y encontré a una persona que parecía esconderse de todo lo que le rodeaba, para no molestarlo me aleje despacio y éste se percató de mi presencia y salió con prisas del lugar. Sin entender que había sucedido también me retiré de aquel lugar y seguí caminando hasta llegar a una casa de dos pisos igual que las demás, pero que se ubicaba mas lejos del bullicio pero cerca de la tranquilidad de los arboles. O sea que la casa se encontraba al limite fin de aquella ciudad.
Sin pensarlo dos veces entré sin llamar a la puerta y mi sorpresa fue encontrarme con una familia de la cual solo recuerdo haber dos mujeres, una probablemente la madre de la chica que me recibía sin siquiera notarse sorprendida. Me seguí abriendo paso y subí por las escaleras, el cuarto de arriba se iba haciendo cada vez mas pequeño y algo que llamo mi atención fue el cuarto de alguien que parecía ser chico, por la forma en la que todo estaba desordenado no dude en pensar que un joven vivía en ese hogar y que probablemente era a quien estaba buscando sin imaginármelo. La chica se acerco y me dijo que ese era el cuarto de su hermano y que no demoraría en volver a casa; acto seguido alguien entro, era él. Lo pude saber sin siquiera verle la cara ni escuchar su voz. Lo supe porque el corazón se me aceleró y porque aquella ansiedad estomacal, solo él me la podría crear.
Salí corriendo de la habitación y al bajar las escaleras todo el ambiente se me hacia mas estrecho, al llegar al final del recorrido dí con él, frente a frente. Durante una fracción de segundos nos vimos a los ojos y sin decirnos nada mas que expresar nuestros asombros, lo empuje hacia un lado y salí a correr hasta donde las piernas me llevarán. Tropecé entre tantas ramas secas y entre tantas hojas muertas, que recuerdo muy claramente como las ramas se me enterraban en las manos causando un dolor casi insoportable, pero menos letal que la de ver tu sonrisa. Llegaste, de alguna manera me alcanzaste y sin decir palabra alguna me tomaste entre tus brazos y me besaste.
Efímero, como sueles serlo todavía en varios de mis sueños desapareciste cuando abrí los ojos. ¿Dónde estas? Y porque insistentemente nuestro primer encuentro sigue taladrando mis pensamientos. Donde quedo ese alguien que me juro un amor serio. No sé, pero quisiera volver a encontrarlo. "